El Negro, traficante de personas
Noviembre/2003
Lo advirtió desde la primera llamada telefónica: “te voy a dar la entrevista, pero sin mi nombre, porque entonces sí me comprometes”.
Estuve de acuerdo. Conseguir un “pollero” que esté dispuesto a contar la forma como operan es difícil. Por eso quedamos de vernos donde él propuso: afuera de Palacio Municipal, un lugar muy transitado en lunes al mediodía.
Pasaron más de 45 minutos de la hora pactada y el “pollero” no aparecía. Dijo que traería una gorra y chamarra color blanca para reconocerlo, pero nadie con ese atuendo estaba ahí.
“Llámale otra vez”, le pedí a mi amigo Said Betanzos, quien fue el enlace para tratar de contactar a un traficante de personas en Tijuana.
- ¿Qué onda, dónde estás?
- En un rato más llego. Nos vemos en los tacos que están en el estacionamiento.
Era una estrategia. “En este negocio no puede uno ser confiado”, nos reveló más tarde. Fuimos al puesto de tacos y ahí estaba el hombre de chamarra blanca y gorra de beisbolista. Gordo, lo suficiente como para que los ocho tacos a vapor que se almorzaba apenas le hicieran cosquillas. Moreno, tanto que por ello su apodo: “El Negro”.
- Hola que tal, ¿tu eres El Negro?.
- Simón. Nada más deja termino de comer y nos vamos.
“¿Quieren?”, nos ofreció de los tacos a vapor que almorzaba.
Para ser pollero hay que ser baquetón y “El Negro” lo es.
Es fácil conseguirlos en Tijuana. Uno puede irse a la llamada Zona Norte, ahí donde la vida nocturna nunca acaba, y preguntar por uno. "Quiero pasar al otro lado" y de volada lo consigues. Pero para entrevistarlo es difícil. Si te ven la cara de reportero ni se te acercan. Hasta corres el riesgo de que te pongan unos trancazos por andar de chismoso.
Le dicen "El Negro" y se dedica al negocio de cruzar personas de manera ilegal a los Estados Unidos por esta frontera. Lo acepta y lo reconoce: "soy un pollero".
El "pollero" fue contactado para una entrevista a través de terceras personas. Se le explicó que intentábamos realizar un trabajo periodístico. Aceptó, pero con la condición de no revelar su nombre.
Varias llamadas telefónicas después puso fecha, lugar y hora. "Nos vemos afuera de Palacio Municipal al mediodía", indicó. Pero no llegó. Otra llamada y propuso otro sitio, un puesto de tacos cercano. De ahí a un restaurante, donde se sentó y estuvo dispuesto a hablar.
Tiene apenas 27 años, pero su rostro refleja más de 35. Robusto, viste chamarra de piel blanca, pantalón Levi's y tenis Nike.
Durante casi una hora de entrevista, contó la forma como operan las bandas dedicadas al tráfico de indocumentados en Tijuana, confirmó la corrupción que hay en el gobierno que les permite trabajar, precisó las ganancias económicas que genera esta actividad, pero no quiso revelar nombres. "Ahí también me comprometes, no puedo decir quiénes son".
Para dedicarse al tráfico de personas debe conocer el bajo mundo. “El Negro” tiene apenas dos años como “pollero, pero con un largo historial. “El que anda en esto es baquetón de toda la vida, pero pues ya es el gusto de cada uno, a mí me gusta el desmadre, desde morro he andado de baquetón. Me gusta este trabajo, como me gustaba el anterior, que era la emoción del robo de carros”.
“El Negro” presumió de tener el récord de robar un auto en menos tiempo: 10 segundos y sin llaves. También dijo que en los 5 años que se dedicó a esa actividad, se robó alrededor de 800 carros en Tijuana.
Ahora que se dedica a traficar con personas, “El Negro” se ha propuesto hacer mucho dinero y en un futuro poner un negocio, así como arreglar sus papeles de manera legal para ir de compras a Estados Unidos.“Yo me veo muy ambicioso en este jale, quiero seguir en este negocio, tal vez algún día retirarme, ya cuando haya hecho algo, porque este negocio puede dejar mucho dinero, y posiblemente poner un negocio, porque mira, yo tengo cinco hijos, dos mujeres, y de aquí sale para todos”.
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1 comment:
Chido. Ni me acordaba de la entrevista. Por cierto, ese cabrón no sé si siga libre o ya lo entambaron. Quedamos de regalarle un paper, que no se te olvide. El Oso Tj
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