Wednesday, February 08, 2006

Arnold Schwarzenegger, gobernador de California
Febrero/2006

A Arnorld Schwarzenegger lo conocí hace ocho años. Fue en Rosarito. En la inauguración de los Estudios Cinematográficos Fox, donde se filmó la película Titanic. El entonces aclamado actor había ido a acompañar a su amigo James Cameron, director de esa cinta y de la trilogía Terminator.
En ese entonces Schwarzenegger era frío con la prensa. Se mostraba arrogante, firmaba autógrafos de mala gana y saluda de puro compromiso, sin ver a los ojos.
Ayer que lo entrevisté su rostro era diferente. Amable y sonriente. Apretón de manos como un amigo de toda la vida y dispuesto a hablar con un medio hispano. Todo un político.
El hombre que parece no perder la sonrisa entra a una sala del Ayuntamiento de Huntington Park donde se celebrará una breve entrevista para La Opinión.
Ahí hablará de la necesidad de legalizar la mano de obra de los indocumentados, en lo que parece ser un intento de acercamiento con la comunidad latina con miras a las próximas elecciones donde busca su reelección.
El gobernador Arnold Schwarzenegger se quita el saco como se lo quitan los judiciales mexicanos que están por interrogar al sospechoso. Se le ve fornido y sin remangarse la camisa presume un enorme reloj de oro en la muñeca izquierda que hace juego con el también enorme anillo de piedra azul (¿o verde?). Se sienta, se acomoda, entrelaza los dedos y está dispuesto a dejar en claro que el gobierno federal es el culpable del problema de la inmigración y que debe solucionarlo.
- ¿Qué haría pasa solucionar el problema de la inmigración indocumentada?
"Lo que podemos hacer es poner presión al gobierno federal, que no sólo hablen del problema, sino que tomen acciones y resuelvan el problema, porque creo que todos los problemas que vemos actualmente es porque el gobierno federal no está haciendo su trabajo y eso es una vergüenza".
En abril del año pasado Schwarzenegger respaldó las medidas que estuvieron tomando los miembros del llamado Proyecto Minuteman en la frontera. Culpando desde entonces que el gobierno federal no hacía su trabajo, el Gobernador dijo en aquella ocasión que las fronteras debían ser "aseguradas" para evitar la inmigración ilegal, así como lo estaban haciendo los llamados "cazainmigrantes".
En esta ocasión de nueva cuenta arremetió contra la administración del presidente George W. Bush y aunque aplaudió el discurso del mandatario al presentar su informe sobre el estado de la nación, indicó que se ha fallado en la reforma migratoria.
"Estoy muy optimista y me anima que se haya hablado de solucionar el problema de la inmigración que tenemos aquí, abrir camino y que se empiece el debate sobre el programa de trabajadores huéspedes, cómo lidiar con la gente que está aquí de manera ilegal actualmente, cómo proveer a las compañías las fuerza de trabajo que están buscando y cómo hacerlo de manera legal", dijo con referencia al discurso de un día antes del presidente Bush.
Para Schwarzenegger es necesario que se empiecen a discutir y a debatir todas las iniciativas que existen en materia de reforma migratoria, tanto de los republicanos como de los demócratas.
"Creo que debemos mirar las mejores partes de cada una y armar un buen paquete, es lo que esperaríamos del gobierno federal", comentó teniendo a un lado a Rosario Marín, a quien recién había tomado protesta como nueva integrante de su gabinete en la Agencia de Servicios Estatales y del Consumidor (SCSA).
Y mientras respondía lo anterior, Marín le daba una ayudadita: "Gobernador, pero usted apoya una reforma comprensiva", le indicó la ex Tesorera.
"Así es, una reforma comprensiva (extensa, profunda, exhaustiva) es clave, es algo que debe ser tratada en todos los asuntos, lo importante es no crear un imán para más inmigrantes indocumentados y al mismo tiempo no crear un programa de amnistía".
De acuerdo con el Gobernador, al no atender el problema de la inmigración indocumentada, el gobierno federal ha creado una serie de problemas.
"Es muy importante que el gobierno federal cumpla su responsabilidad y pague, porque tenemos un vacío de entre 750 y 800 millones de dólares cada año por el encarcelamiento de indocumentados, esa clase de situación ha creado el gobierno federal y tiene que pagar por ello".
Por eso insiste en poner presión al gobierno federal para obtener fondos que se requieren en el sistema de salud o en el sistema carcelario.
"Queremos que el gobierno haga lo que se supone que tiene que hacer, hacerlo de manera legal, asegurar las fronteras y crear un sistema que permita un programa de trabajadores temporales", precisó.
El Gobernador no quiso meterse en líos sobre las aportaciones a la economía de los indocumentados, pero reconoció que su mano de obra es requerida.
"No puedo decirte si los trabajadores indocumentados son buenos para la economía, creo que sabemos que son buenos para algunas compañías que los requieren, en los campos agrícolas, en la construcción, en los restaurantes, en cualquier tipo de negocio parece ser que son una gran necesidad, y lo he oído de primera mano, muchos han venido a mi y me lo dicen".
Dijo que ese es el punto: hay gente buscando oportunidades y hay compañías que actualmente necesitan gente para trabajar.
"Creo que debemos enfrentar estas cosas, es un asunto delicado y tal vez hasta sea peligroso hablar de ello, pero tiene que ser tratado, es el trabajo del gobierno federal".
- "¿Cómo debe ser solucionado el problema?"
"Mediante la perspectiva de expertos, debatirlo y encontrar la mejor solución, es lo que tenemos que hacer, el estado de California no es parte de la decisión de este proceso, sólo podemos animar a que se haga algo, como lo hemos hecho a través de las conferencia de gobernadores fronterizos que hemos tenido".
Una de las asistentes del Gobernador indica que el tiempo para la entrevista se ha terminado. Schwarzenegger no pierda la sonrisa, saluda de nuevo con ese fuerte apretón de manos que le han dado miles de libras en el gimnasio.
Y se despide: "Gracias", dice en español con su singular acento. El acento de un hombre inmigrante.